
¿Sabías que el estrés puede empeorar el problema de la caspa?

La caspa es un problema común, pero notar un incremento en las escamas que se acumulan en los hombros nunca será una buena señal, especialmente en esta faceta global, donde millones de personas pasan la mayor parte de su tiempo en casa.
El estrés casi siempre es el principal factor que agrava la caspa. Según el portal especializado MedlinePlus, el nerviosismo y la ansiedad constantes generan tensión física o emocional. A decir verdad, con las noticias recientes alrededor del COVID-19, es comprensible que las personas sientan angustia e incertidumbre.

Los especialistas añaden que muchas personas con piel sensible tienden a desarrollar caspa en situaciones de alta tensión. Esta misma, puede empeorar si se enfrentan a situaciones fuera de su control.
Por ello, es importante dedicar un tiempo a relajarse. La salud emocional es tan importante como la salud física: terminan dependiendo la una de la otra.
¿Por qué la caspa aparece en tiempos de estrés?
La caspa o pitiriasis es una afección común en el cuero cabelludo que provoca la presencia de escamas de color amarillento. Dicha condición del cabello es provocada por la producción excesiva de sebo en el cuero cabelludo, y a su vez, este incremento está frecuentemente ligado a distintos factores externos como el estrés.
Cuando el estrés y la caspa se combinan, el cuadro del malestar capilar puede empeorar lo suficiente para alojar al hongo conocido como Malassezia, mismo que produce picazón e irritación excesiva.

Dentro de los factores físicos que propician el incremento de la caspa, están el exceso de calor y transpiración, la comezón, y la sobregeneración de sebo en el cuero cabelludo. Esto último hace que el folículo piloso se tape y se irrite.
De igual forma, la percepción de escamas en la apariencia puede repercutir directamente en la autoestima, detonando en incomodidad y de nuevo: en más estrés.

Para mantener controlada la caspa, lo mejor es utilizar un shampoo control caspa, lo mejor es canalizar el estrés con distintas actividades. Sin embargo, también se puede tratar en paralelo la posible causa, y canalizar el estrés con distintas actividades como como el ejercicio, la meditación o el baile, ya que también ayudarán a controlar la caída del pelo (otra consecuencia del estrés prolongado).
La caspa y el estrés pueden ser mitigados con un par de consejos...
Como se mencionó anteriormente, es natural que con la situación ante el COVID-19 se viva más estrés. Para aprovechar el tiempo en casa, se debe controlar la caspa con el uso de productos especiales de Head & Shoulders. Actualmente en el mercado existe una gran variedad de productos para ello y hay uno para cada tipo de pelo.

Realizar masajes capilares en el cuero cabelludo con algunas cremas especiales que contengan ingredientes naturales (tales como la menta o el aceite de coco) tendrá un beneficio doble: hidratar el cuero cabelludo y combatir el estrés con ayuda del suave movimiento de los dedos.
La hidratación es un factor muy importante para ayudar a combatir la resequedad capilar y por ende, la caspa.

Eso sí: aunque pueden ser buenos auxiliares, los remedios naturales no son una buena idea para controlar o mejorar el aspecto de la caspa. Se recomienda elegir un shampoo de la línea Head & Shoulers, evaluado por especialistas y profesionales expertos en cuero cabelludo.
Para el punto del estrés, es indispensable buscar la ayuda de un terapeuta profesional si se considera necesario. Aún en tiempos de COVID-19, muchos profesionales ofrecen sus servicios mediante sesiones en línea.